Y de los defectos,
Que fueran estorbo,
Hicimos camino
escarpado,
Que araña los pies
Y acaricia el alma
Nosotros, los sensibles
nos cambiamos los ojos.
Afinamos los oídos
a los ruidos roncos
A la voz de la tierra embarrada
Sustento de todas las flores
Y escuchamos que dice:
Feo eres tú, el
indiferente
que no te atreves a
mirarme a la cara.