lunes, 16 de abril de 2012

Sinrazón
















Puede que no tenga la razón, pero tengo la sinrazón
Yo, que como todos los malditos,
Sufro sed de infinito
Y hambre de intensidad
Yo, que he entregado enteramente mi piel a tus manos, te ruego:
Atrápame
Acaríciame
Arráncame
Aráñame
Róbame
Ríeme
Rómpeme
Pero por favor, ten piedad y no me ofrezcas el pan de mañana
Prefiero que ahora mismo me tires,
casi con rabia y desdén,
una piedra
Y morderla en la noche, aún cubierta de tierra
Para consolarme con su gusto agrio
Y mañana, ¿a quién le importa mañana?
No será a mí a quién le consuele
Yo, que salto para saltar
Que tiemblo para temblar
Que grito para gritar
Escucha mi grito:
Es un grito torcido que baila torpe en la oscuridad.
Oye cómo reclama el fuego que le ha sido robado
y cómo, nostálgico de su brillo,
se desliza en las sombras
para hundir su hocico ansioso
en la más negra oscuridad.
Puede que parezca engreída
Puede que sea insignificante
Pero por favor, mientras dure mi efímero aliento:
No me lo recuerdes
Puede que no tenga la razón, pero sé que tengo la sinrazón
Y tú, si tienes el valor, también lo sabes.